Yucatán es tierra de maravillas arqueológicas, cenotes escondidos y riqueza cultural inigualable. Entre sus joyas menos conocidas, pero igual de impresionantes, se encuentra Mayapán, una ciudad maya que fue la última gran capital del norte de la península y que se posiciona como el destino ideal para quienes desean explorar sin prisas, sin multitudes y con una mirada más íntima a la historia prehispánica.
Una capital maya a pocos minutos de Mérida
Ubicada a solo 50 kilómetros al sur de la ciudad de Mérida, la zona arqueológica de Mayapán es fácilmente accesible por carretera, ya sea en automóvil o autobús. Para llegar se puede tomar la carretera rumbo a Izamal o bien la vía hacia Cancún, desviándose por la llamada Ruta de los Conventos, una opción pintoresca que conecta con varios pueblos coloniales.
La cercanía con la capital yucateca convierte a Mayapán en una excelente escapada de fin de semana, ideal tanto para locales como para viajeros que buscan descubrir más allá de los destinos convencionales.

Ventajas de visitar Mayapán en fin de semana
Una de las grandes ventajas de este sitio arqueológico es su bajo nivel de concurrencia. A diferencia de zonas como Chichén Itzá, que reciben miles de visitantes a diario, Mayapán permite recorrer sus estructuras con calma y sin aglomeraciones. Es un espacio donde aún se puede escuchar el viento entre las piedras y contemplar la arquitectura sin interrupciones.
Además, los domingos la entrada es gratuita para visitantes nacionales que presenten identificación oficial, mientras que el resto de la semana el acceso tiene un costo accesible de 65 pesos. Esto convierte a Mayapán en una opción económica para disfrutar de la riqueza del legado maya.
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Tesoros arquitectónicos entre la selva
El principal atractivo de Mayapán es su pirámide de Kukulcán, un imponente templo de nueve niveles y 15 metros de altura, inspirado en su homónima de Chichén Itzá. A diferencia de otros sitios, aquí aún se permite subir a la cima para disfrutar de una vista panorámica del sitio y sus alrededores.
Otra joya arquitectónica es “El Observatorio”, una estructura circular que probablemente sirvió para estudios astronómicos y ceremonias rituales. A su alrededor, se extienden otras edificaciones notables como:
- La Sala de los Mascarones, decorada con relieves dedicados al dios Chaac.
- El Templo de los Nichos, que destaca por su simetría.
- La Sala de los Frescos, donde aún se aprecian restos de pintura mural que relatan escenas sagradas y mitológicas.
Cada rincón de Mayapán ofrece una oportunidad para reconectar con las raíces mayas en un entorno tranquilo y bien conservado.

Más allá de la arqueología: Naturaleza, cultura y tradición
Una visita a Mayapán no tiene que terminar al salir de la zona arqueológica. Muy cerca de ahí se pueden explorar otros lugares igual de fascinantes:
- Cenotes de San Antonio Mulix: a unos 40 km se ubican los cenotes X’batún y Dzombakal, ideales para refrescarse entre aguas cristalinas rodeadas de selva.
- Ruta de los Conventos: un recorrido cultural que pasa por pueblos como Maní, Tekit o Chumayel, donde se pueden admirar conventos coloniales, comprar artesanías locales y disfrutar de la gastronomía tradicional.
- Hacienda Sotuta de Peón: esta antigua hacienda henequenera ofrece visitas guiadas en carruaje, talleres tradicionales y un cenote propio, combinando historia y naturaleza en un mismo lugar.
Mayapán es más que una zona arqueológica: es una experiencia inmersiva que conecta historia, cultura y naturaleza. Es perfecta para quienes desean escapar del bullicio turístico y descubrir una Yucatán profunda y auténtica.