El sector pesquero de Yucatán ya navega una nueva temporada de captura de langosta, que arrancó el 1 de julio con el objetivo de mantener una producción cercana a las 600 toneladas, cifra similar a la del año pasado. La pesca de esta especie, principal para la economía del litoral, se extenderá hasta el 28 de febrero de 2026.
Enrique Sánchez Sánchez, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola en Yucatán, detalló que este año se reforzará la vigilancia en las costas, ante el riesgo constante del furtivismo, una práctica que pone en peligro tanto la seguridad de los pescadores como la sostenibilidad del recurso.
Langosta: Una especie vital para las costas de Yucatán
La langosta comparte protagonismo con el mero y el pulpo maya, formando el trío que sustenta gran parte de la economía marina en el estado. Se estima que más de mil 200 pescadores dependen directamente de esta pesquería, que además aporta una derrama económica de hasta 300 millones de pesos anuales.
Aunque buena parte del producto se queda en el país, principalmente en restaurantes de Quintana Roo, Yucatán también posiciona su langosta en mercados internacionales como Estados Unidos, Francia y China, con el 40 % del volumen total exportado.

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Temporada marcada por la incertidumbre climática
Los productores enfrentan un escenario complejo por la temporada de ciclones. Las condiciones meteorológicas podrían dificultar las salidas al mar y afectar el cumplimiento de las metas, no solo para la langosta, sino también para otras especies marinas.
En este contexto, Sánchez Sánchez reconoció la importancia del programa Seguridad en el Mar, que permite a los pescadores operar con mayor protección gracias a la entrega de chalecos salvavidas, GPS, radios y botones de emergencia.
Legalidad y cuidado del recurso, prioridades
La normativa para esta temporada exige que cada langosta capturada tenga al menos 13.5 centímetros de caparazón, medida que busca proteger a la especie durante su etapa de crecimiento. Además, sigue vigente la prohibición absoluta de captura en temporada de veda.
Con condiciones naturales aún impredecibles y un mercado exigente, el sector confía en lograr una campaña ordenada y productiva, donde la vigilancia, la legalidad y la sostenibilidad marquen el rumbo de uno de los productos marinos más valiosos de Yucatán.
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